La memoria histórica, esa que parecen desdeñar cierto tipo de gobernantes, rey incluido, es imprescindible para conformar una sociedad madura y verdaderamente democrática. Sin embargo, tenemos un país en el que ni se desentierran cunetas, ni se saldan deudas con los y las represaliados y represaliadas, quienes acaban sus vidas sin un simple reconocimiento oficial; ni se investigan las adopciones ilegales, ni se condena siquiera expresamente el franquismo. Tenemos un país en el que una cadena hace una serie descafeinada sobre Calvo Serruñer; en donde existe una Fundación Franco, impensable sobre Hitler en Alemania; en donde dos chicos ponen en evidencia que parte de la juventud —pero solo parte de ella— no tiene ya ni idea de qué significó la Guerra Civil; en donde te condenan a la cárcel por un tuit de humor negro en relación al dictador Carrero Blanco, pero no en relación a Lorca, los abogados de Atocha o Pilar Manjón.
Con orgullo os anunciamos que en Jerez se han convocado unas jornadas muy necesarias sobre memoria histórica (el 1, 2, 3, 7, 8 y 9 de febrero). Nos interesa muy especialmente la ponencia de Manolo Santander sobre la Depuración del profesorado tras el levantamiento militar de 1936. Pulsando aquí tenéis el programa completo. Entre otras organizaciones, ayuntamiento incluido, organiza el evento la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez, de la que forma parte USTEA. Más info en el blog «Memoria Histórica de Jerez«.